La mayoría de las personas no piensan en el canto cuando hablan de revoluciones. Pero la canción fue el arma de elección cuando, entre 1986 y 1991, los estonios decidieron liberarse definitivamente de décadas de ocupación soviética. Durante esos años, cientos de miles de personas se reunieron en espacios públicos para cantar melodías patrióticas olvidadas y reclamar su independencia. "Los jóvenes, sin ningún partido político y sin políticos visibles, lucharon juntos... no solo decenas de miles sino cientos de miles se unieron en el canto y le dieron a esta nación un nuevo espíritu", recuerda Mart Laar, un líder de la Revolución del Canto que posteriormente fue Primer Ministro de Estonia luego de la ruptura con la Unión Soviética. La Revolución del Canto", cuenta la historia de cómo los estonios pacíficamente recobraron su libertad y cómo, en el camino a recuperarla, ayudaron a fracturar un imperio.
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